lunes, 21 de septiembre de 2015

La importancia de la familia natural

Todos tenemos buenas y malas experiencias respecto de la relación con nuestros padres y hermanos, y es de ese aprendizaje en la infancia de donde surge nuestra personalidad, nuestro carácter. Somos como somos porque hemos crecido en un entorno y hemos interactuado con personas semejantes y distintas a nosotros. Cualquier psicólogo puede explicar mejor que yo por qué la familia natural es el espacio ideal para el desarrollo físico y emocional de un hijo. Por desgracia, hoy en día empieza a ser algo extraño, ante el gran número de separaciones y segundas parejas, así como las homosexuales. Los mayores perjudicados son los niños.

Siempre han existido casos de personas que se han criado con un progenitor, con familiares que no eran sus padres, o incluso niños adoptados que han salido adelante en familias semejantes a la suya de origen. Son soluciones lo más parecidas al original y suelen dar buenos resultados. Pero eso no quita para que el ideal siga siendo convivir con el padre y la madre, a no ser demuestren no estar en condiciones psicológicas; en cuyo caso también existen las familias de acogida. Es decir, que hay sucedáneos bastante aceptables, sin tener que recurrir a experimentos sociológicos como la adopción homosexual o los vientres de alquiler, que no solucionan nada.

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